jueves, 28 de marzo de 2024

SANTO TRIDUO PASCUAL


28 de marzo. JUEVES SANTO EN LA CENA DEL SEÑOR.


COMIENZA EL TRIDUO PASCUAL

Con la Misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves de la Semana Santa, la Iglesia comienza el Triduo pascual y evoca aquella cena en la cual el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo a los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino y los entregó a los Apóstoles para que los sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también los ofreciesen.

Toda la atención del espíritu debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la Misa: es decir, la institución de la Eucaristía, la institución del Orden sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna. Son éstos los puntos que conviene recordar a los fieles en la homilía, para que tan grandes misterios puedan penetrar más profundamente en su piedad y los vivan intensamente en sus costumbres y en su vida.

- Éx 12, 1-8. 11-14. Prescripciones sobre la cena pascual.
- Sal 115. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo.
- 1 Cor 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor.
- Jn 13, 1-15. Los amó hasta el extremo.

La eucaristía es el sacramento que hace a la Iglesia. Es memoria pascual del sacrificio nuevo y eterno, del paso de la servidumbre a la libertad para que podamos alcanzar la plenitud de caridad y de vida. La eucaristía es una enseñanza sobre el servicio y el diálogo, porque es la narración de lo que Jesús hizo por nosotros, de su servicio, de su entrega en la cruz. La eucaristía nos enseña a no crear enemistad, a no encerrarnos, aunque sabemos que en este camino nos podemos encontrar con la cruz. El altar, la santa eucaristía, son la escuela espiritual, la cátedra del Evangelio, la memoria del diálogo y el servicio, la medicina de la eternidad, el lugar de la fraternidad y el anuncio de que la unidad entre todos es posible.

Oración:
Señor Dios misericordioso, que para gloria y salvación de los hombres y de las mujeres constituiste a Jesús sumo y eterno servidor, ayuda a descubrir a tu pueblo, que la eucaristía, memorial del Señor, es fruto de la entrega y resurrección de Cristo. Que vive y reina contigo.

El lavatorio de los pies a aquellos previamente designados, que según la tradición se hace en este día, significa el servicio y el amor de Cristo, que ha venido "no para ser servido, sino para servir" (Mt 20, 28). Conviene que esta tradición se mantenga y se explique según su propio significado.

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